Time is money. La proveeduría de datos financieros en tiempo real —indispensables para el trading y las operaciones de corto plazo— es el segmento más lucrativo de la información financiera, de acuerdo con el nuevo informe de Burton-Taylor sobre el valor del sector. El tiempo real representa casi 40% del negocio global, valuado en 37,300 millones de dólares, por encima de la proveeduría de datos para la gestión de portafolios, la especialización financiera de transaccionar activos a largo plazo.
No sorprende la supremacía del tiempo real, a pesar de que la información para la gestión de carteras de inversión sea más profunda y detallada que para el trading, un insumo de vida corta. El mantra es la aceleración. El milisegundo importa.
En ese contexto, tampoco sorprende que el periodismo financiero sea el segmento menos lucrativo, con una aportación de 1,800 millones de dólares en 2022. Los profesionales compran datos, lo demás son cuentos para el gran público. Y a pesar de su enanez, este periodismo especializado creció 3.5% anual, al contrario de las noticias de información general cuyo valor no deja de caer.
El negocio global de la información financiera está dominado por dos compañías anglosajonas que concentran 50% del mercado: Bloomberg, con sede en Nueva York, y Refinitiv, de la Bolsa de Valores de Londres. Una constelación de firmas más chicas, algunas con marcas muy potentes como S&P Global Market Intelligence, Moody’s Analytics, FactSet y Morningstar, se disputan la mitad restante.
El mercado de información financiera es la materia prima del capitalismo financiero, un modelo basado en las leyes del mercado bursátil que asimila todo cuanto pueda codificarse en términos de inversión y rendimiento, desde el agua potable y el jugo de naranja a las hipotecas y la deuda de estudios universitarios.
Los profesionales del sector necesitan información de primera mano, confiable y siempre disponible. Los corredores de bolsa, por ejemplo, necesitan saber cuál es el momento idóneo para comprar o vender las acciones de una compañía o los bonos soberanos de un país y cuándo abstenerse de algún movimiento, y se valen de la información financiera a la que tienen acceso.
En el informe Financial Market Products: Data/Analysis Global Share & Sizing 2023 de Burton-Taylor se describen tres grandes tendencias. Primera: una creciente demanda de información financiera debido al mayor número de profesionales que se integran cada año al sector, con mejores habilidades técnicas y de programación para analizar grandes volúmenes de datos. El High-Frequency Trading (en español: compraventa de alta frecuencia) es lo de hoy.
Segunda: la adopción de los criterios de responsabilidad social y medioambiental ESG (por su sigla en inglés) en las estrategias corporativas, cuyo diseño exige inputs nuevos y diversificados.
Tercera: las fusiones y adquisiciones para consolidar empresas en menos proveedores pero más grandes, debido al interés de los consumidores de una oferta multiservicios all-in-one. Se trata de tenerlo todo en un mismo sitio, como las terminales de datos que ofrecen Bloomberg y Refinitiv con información en tiempo real, análisis históricos, valuaciones, análisis y noticias.
Destaca, por ejemplo, la adquisición de IHS Markit por parte de S&P Global Market Intelligence en 2022 y antes la desinversión de Thomson Reuters de su unidad de datos e infraestructura, que dio pie a la creación de Refinitiv de la Bolsa de Londres.
“La trifecta de la guerra en Ucrania, el aumento de las tasas de interés y la ralentización económica y de mercado dejaron a los inversores con más incertidumbre y condujeron a un aumento en la demanda de datos financieros. Durante tiempos así, hay un aumento en la demanda de datos de mercado a medida que los inversionistas intentan obtener más certeza para tomar decisiones más informadas”, señala Burton-Taylor.
La demanda de datos debe satisfacerse con velocidad y precisión: el mundo financiero, se sabe, tiene poca paciencia. Lo quiere todo para ayer, por favor, porque el parpadeo conspira contra el éxito. Time is money.
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