La crisis que vive El País, adjudicada al entorno digital, ha reactivado con el combustible más inflamable una vieja discusión sobre los diarios de papel: ¿Internet acabará con los periódicos impresos? Propongo rápido una respuesta: no en determinados mercados. Y voy por pasos.
En abril del 2012, la administración de El País puso sobre la mesa la necesidad de reducir los costos de operación como condición para continuar con la publicación del diario en papel.
La pérdida de ingresos es evidente:
- En el 2007 el Grupo Prisa, propietario de la cabecera, facturó a través de El País 100.4 millones de euros.
- En el 2008 registró un descenso de 61% en los ingresos, al sumar sólo 39.5 millones.
En esta crisis, que involucra a los diarios impresos y su eterna migración digital, no se necesitan presentaciones: El País es el diario más importante de Iberoamérica. Y Juan Luis Cebrián, su presidente, es una leyenda del periodismo en castellano.
- Quien diga lo contrario es que no ha leído El País ni conoce la trayectoria de Cebrián.
Cebrián presentó en la primera quincena de octubre un proyecto de sobrevivencia que busca “garantizar la viabilidad de la empresa en los próximos años ante la grave caída de los ingresos por la contracción del mercado publicitario y la reducción de la difusión (que ha motivado) una crisis sin precedentes (en los medios impresos)”.
- Se trata del llamado Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que contempla 128 despidos a 20 días por año con un máximo de 12 mensualidades brutas, 21 prejubilaciones para mayores de 59 años y 15% de reducción del salario fijo para toda la plantilla.
La calidad moral del oferente se ve golpeada cuando los periodistas de El País acusan a Cebrián de acumular ingresos personales en el 2011 de 13 millones de euros. Su lamento se escucha más grave por los 480 ejecutivos que figuran en la nómina de Grupo Prisa.
El motivo de los recortes, las prejubilaciones y la reducción salarial, dice Cebrián, se debe principalmente a dos motivos: la necesidad de replantear el negocio en papel hacia el mundo digital y lo cara que resulta la plantilla de periodistas para el negocio print.
En detrimento de la reconversión, sigue Cebrián, actúa una Redacción “envejecida y carente de perfiles digitales”.
“Esto afecta a los perfiles profesionales y al modelo de periódico que queremos hacer”, comunicó Cebrián al Comité Intercentros de El País.
¿Cómo llegamos a esto?
La crisis de El País, más allá de la caída de ingresos, se debe en buena parte a la lentitud para reconvertir el negocio de las noticias impresas hacia una lógica de múltiples unidades de negocio en formatos digitales, que superen como único objetivo la consecución de clientes publicitarios y de suscriptores del producto en papel.
Las noticias se volvieron un producto de acceso gratuito, debido sobre todo a las redes sociales en internet y a la multiplicación de medios de información digitales, con acceso a las mismas fuentes y agencias de información que los medios tradicionales.
Nadie informa mejor que los usuarios de Twitter sobre un hecho de conocimiento público y nadie supera a Facebook en noticias de impacto comunitario. Agencias de noticias como Reuters, AFP, DPA o AP usan las mismas plataformas de distribución de contenido que sus principales clientes: periódicos, revistas y noticieros de televisión y radio.
- Lo que nadie puede superar es el trabajo de los periodistas que investigan, analizan y tienen un acceso de mayor profundidad a las fuentes, aunque éstas tengan posibilidades de distribuir su discurso a través de sus propios medios.
- El trabajo del periodista es mediación, reflexión y cruce de datos. Y ahí radica el negocio de las noticias.
La crisis de El País no se debe a la migración digital que lamenta Cebrián, sino a la ausencia de modelos de negocio que vayan más allá del papel, la venta de publicidad y de suscripciones.
- Se trata de buscar múltiples alternativas de negocio sobre un entorno que hace años dejó de ser exclusivo de los periódicos impresos.
El modelo de negocio debe leerse en plural: los modelos de negocio, y luego deben buscarse múltiples fuentes de ingreso, bajo la lógica del “todo suma” para completar el objetivo:
A través del lector
- venta del producto en papel
- distribución de contenido comercial
- venta de suscripciones
- acceso a contenidos premium
- pertenencia a una comunidad (fidelidad)
- acceso a información exclusiva (foros y conferencias)
A través de los anunciantes
- precisión en la ubicación del mensaje
- acceso a comunidades o grupos delimitados
- acceso a bases de datos cualificadas
A través del medio
- plataformas de consultoría y asesoría
- redes de conexión entre profesionales
- contenido para la toma de decisiones
Vuelvo a la pregunta inicial: ¿acabarán los periódicos en papel? “Sí”, en los mercados donde el modelo se base en la estructura tradicional publicidad-medio-consumidor. Y “No”, donde la información de los periodistas y los beneficios que genera sean productos únicos sobre la avalancha de unidades de acceso gratuito.