¿Sabe quiénes son “los verdaderos fanáticos de los artistas y la música”? Yo tampoco, pero la Asociación Mexicana de Productores de Fonogramas (Amprofon) tiene una respuesta: son las personas que no descargan música de Internet ni comparten archivos de audio.

Esto no viene en su sitio web, pero se desprende de las acciones legales que realiza con apoyo de la Agencia Federal de Investigación (AFI): tampoco son “verdaderos fanáticos” quienes tienen en sus computadoras programas para reproducir música “ilegal”.

¿Sabe cuáles son esos programas? Cualquier reproductor de música: iTunes, Real Player, QuickTimes, WinAmp. ¿Tiene iPod? ¿Tiene un reproductor de MP3? Arrepiéntase: no es un “verdadero fanático”.

No utilizo programas para descargas, como eMule, LimeWire, Ares, Torrent. No es por principios, sino por la escasa capacidad de mi disco duro. Pero tengo varios reproductores, un iPod y cuando voy a casa de mis amigos llevo un USB y discos vírgenes. ¡No soy un “verdadero fanático”! Y, el colmo: ¡hago apología! Que requisen mi computadora, como promueve la Amprofon en México.

Lo hizo hace un mes, con un despliegue de agentes de la AFI, quienes irrumpieron en tres cibercafés y se llevaron equipos que “contenían programas específicos para reproducir música de forma ilegal así como bajar música de Internet”. Sí, los mismos programas que mencioné.

La Amprofon aglutina a EMI, Sony-BMG, Universal, Warner, entre otras compañías, hasta completar, según su sitio web, a más de 70 por ciento del mercado discográfico mexicano. Se encarga, también, de certificar si un disco es Oro, Platino o Diamante. Y, por supuesto, encabeza la lucha contra la piratería en México.

Una lucha que no ganará, menos con argumentos verdaderamente estúpidos: ¿programas para reproducir y descargar música “ilegal”? Muchos de esos programas no sólo sirven para compartir música, sino todo tipo de archivos (películas, textos, fotografías, libros, gráficos) y representan la esencia de Internet.

Prefiero no ser un “verdadero fanático” de la música que vivir bajo la ridícula lógica de la Amprofon. Tenga a la mano la legislación correspondiente, para que no lo sorprendan los gorilas. En México no es ilegal descargar música de Internet. Mucho menos, tener el software que uno desee.

Catea la PGR tres cibercafés. Reforma, 29 de mayo de 2007.

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