Tianguis Cultural de Guadalajara, marzo de 2008.

Desde que mi vecino se volvió rockero, con guitarra y amplificador en constante actividad, perdí la esperanza en los adolescentes y en el trato comunitario. Por eso me divierte el emo affaire de los últimos días, porque ejemplifica que la ciudad no es lugar para vivir.

No me sorprenden los prejuicios: que si los emos son o no son gays, que si les gusta andar depres, que si escuchan tal o cual grupo. Muy su bronca, ¿no? Tampoco me sorprende que la convocatoria para ajusticiarlos provenga de internet, territorio plagado de bromas pasadas de tono contra prácticamente el mundo entero.

Menos me sorprende la violencia: la vivimos todos los días en cualquier lugar, desde el portero de un centro comercial que exprime sus dos gramos de poder, pasando por el chofer de camión que molesta estudiantes hasta automovilistas contra peatones, ciclistas y otros automovilistas.

La reacción de la prensa —con extraordinarias excepciones— era previsible y más en días áridos de noticias: una amplia cobertura con víctimas y victimarios. ¡Hubo hasta la supuesta violación de un emo! La perla mediática se la llevó Nacho Sedano, del programa Al son de la política de la Triple A: “[Los emos] usan pantalones entallados… mmmm… se visten como mariconcitos, pues”. Profunda descripción.

A como están las cosas, lo mejor siempre es reírse sin salir de casa. Por eso conviene un videíto en YouTube que explica lo que es un emo: “Emocional, emotivo… o algo”. Según este reportaje, para el año 2015 45 por ciento de la población mundial será emo. “Yo ya habré perdido el cabello con el que se hace el tupé y los ojos se me irritarán fácilmente con el delineador… Así que supongo que tengo que empezar de una buena vez”, escribió un lector del blog Sensacional D.

El reportaje es responsabilidad del colectivo VideoJug, dedicado a explicar la vida en videos y que ha publicado cientos de producciones sobre casi cualquier tópico: ¿Cómo ser la novia perfecta? ¿Cómo pactar un trío? ¿Cómo hacer que tus ojos se vean más grandes? Y, por supuesto, ¿cómo ser un emo? En conclusión, los temas importantes de la vida, aunque no encontré ¿cómo callar a tu vecino rockero? ¿Alguna propuesta?

La foto del post es de la charla de hoy en el Tianguis Cultural. Más tarde llegaron los anti emo a aventar botellas y piedras.

Este artículo originalmente se publicó en la red de contenidos Composta.net.

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