Rodolfo González Valderrama, Jenaro Villamil, Lidia Camacho, Andrés Manuel López Obrador, Fernando Coca, Sanjuana Martínez, José Antonio Álvarez Lima, Aleida Calleja, Armando Casas y Gabriel Sosa Plata. Foto: Cortesía Gobierno de México

El primer director de la British Broadcasting Corporation (BBC) del Reino Unido, John Reith, definió desde el principio (1924) la misión de la naciente radiodifusora pública sin fines de lucro: “la política de la empresa es llevar lo mejor de todo al mayor número de hogares”. Esa también debería ser la misión de los medios públicos en México…

El presidente López Obrador anunció nombramientos en los medios públicos federales. Aunque falta la ratificación del Senado de la República, es un hecho que:

  • el periodista especializado en medios de comunicación, Jenaro Villamil, se hará cargo del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPREM)
  • el académico Gabriel Sosa Plata será responsable de Radio Educación
  • la especialista en comunicación comunitaria, Aleida Calleja Gutiérrez, tendrá a su cargo el Instituto Mexicano de la Radio (Imer)
  • el cineasta Armando Casas conducirá los destinos de Canal 22
  • la comunicóloga e historiadora del arte, Lidia Camacho, llevará la Dirección General de Televisión Educativa (DGTV)
  • el Canal Once del IPN será dirigido por el político José Antonio Álvarez Lima
  • el periodista Fernando Coca Meneses dirigirá el Canal 14
  • la periodista Sanjuana Martínez será responsable de Notimex
  • el reportero Rodolfo González Valderrama encabezará la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), que no es un medio de comunicación, sino una oficina regulatoria

La Cuarta Transformación representa una oportunidad histórica para fortalecer los medios públicos. Por su trayectoria profesional, académica y social, los perfiles de Villamil, Sosa Plata y Calleja garantizan un amplio conocimiento del sector público de la radiodifusión, incluidas las carencias que deberán enfrentar. Son personas comprometidas con los derechos de las audiencias, la libertad de expresión y el derecho a la información, la pluralidad, la diversidad, la inclusión y la independencia editorial. Basta leer sus publicaciones para saber que cualquier desvió de esos valores llamará fácilmente la atención.

Casas y Camacho han demostrado profesionalismo y compromiso en encargos anteriores. De todos, el nombramiento más relevante es el de Lidia Camacho, porque consolidará DGTV con la Coordinación General @prende de la SEP, es decir, fusionará o hará converger las Tecnologías de la Información y la Comunicación con contenidos educativos, sin duda, el futuro de la enseñanza para niñas, niños y adolescentes.

También hay que aclarar que esos perfiles, por más idóneos que sean, encontrarán serias limitaciones en su proyecto si la 4T continúa con la tacañería presupuestaría que ha evidenciado hasta ahora.

El compromiso auténtico con los medios públicos de los perfiles seleccionados no los obliga a lo imposible con el poquito dinero que les asignaron. El reclutamiento evidenció por parte del gobierno morenista que los medios públicos son de interés de la 4T, ahora deben demostrar que les importan con apoyo institucional y un futuro presupuesto acorde al reto que deben desempeñar. Llevar lo mejor de todas las manifestaciones culturales y la educación (con DGTV-@prende) al mayor número de hogares requiere recursos, infraestructura y visión digital.

Aunque todos los concesionarios de televisión restringida retransmiten las señales radiodifundidas de los medios públicos federales, lo cierto es que éstos carecen de una auténtica cobertura nacional propia. Ninguno tiene el alcance territorial de sus pares BBC británica, Deutsche Welle alemana, RTVE española, Rai italiana o PBS estadounidense con su red de 350 estaciones afiliadas. Es decir, la radiodifusión pública en México no es un servicio universal al alcance de todos los mexicanos.

Como carecen de la infraestructura para llegar a los televisores y receptores de radio de todos los hogares mexicanos, los medios públicos federales deberán ser promotores activos de la digitalización, la conectividad, la banda ancha universales y la cobertura plena de los servicios de telecomunicaciones.

La supervivencia, el logro de su función social y el éxito del sector público de la radiodifusión en México —y en el mundo— radica en que sus contenidos informativos y de entretenimiento, culturales y educativos, puedan ser recibidos a través de plataformas digitales en dispositivos móviles conectados a Internet. Esa es la única forma de construir y atraer audiencias jóvenes, ávidas consumidoras de contenidos diferentes y de calidad.

Sí, les guste o no, los medios públicos tienen que entender y adoptar las nuevas plataformas digitales y vincularlas con las redes sociales para no sólo distribuir, difundir y/o transmitir señales, sino conectar con las audiencias.

Los actuales medios públicos tampoco están entregando lo mejor de todas las manifestaciones culturales, por la sencilla razón de que producir contenidos audiovisuales es lo más costoso para un medio audiovisual. La irrupción de Netflix en el ecosistema audiovisual digital no sólo erradicó la escasez de contenidos, también desató una abundancia de ofertas audiovisuales que elevó el parámetro de calidad al cual estábamos acostumbrados. Ahora las audiencias tienen a su alcance muchos contenidos de extraordinaria calidad.

La 4T no puede ser ajena a un objetivo histórico y social de los medios de servicio público: elevar el nivel cultural de la población. Sólo se logrará con contenidos informativos, de ficción, culturales y educativos de calidad.

Si se produce la coordinación del SPREM sobre el resto de los medios públicos federales, como adelantó Villamil durante el anuncio presidencial, debiera ser más bien una alianza digital de industrias culturales públicas, y no ideológica o de línea editorial. Villamil y el SPREM tendrán un amplio poder que se combinará con un gobierno y Congreso favorables.

Los astros están alineados porque la Ley del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano le concede una atribución que no tiene ni el autónomo Instituto Federal de Telecomunicaciones: proponer a las secretarías de Comunicaciones y Transportes y de Gobernación “las actualizaciones que se estimen necesarias al marco jurídico que regula los medios públicos de radiodifusión y participar en la formulación de los proyectos de iniciativas de leyes, decretos, disposiciones reglamentarias y otras normas de carácter general relativas a esa actividad”. No hay pretextos.

Por esa facultad que le otorga la ley al SPREM, por el mensaje que emitió el presidente AMLO en su toma de posesión, por las expectativas que ha generado la 4T y por la trayectoria de los nuevos responsables de los medios públicos federales, nadie espera milagros, pero es claro que no tienen de derecho a fallar.

Jorge Bravo es analista de medios y telecomunicaciones.

Twitter: @beltmondi

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