Raúl Katz es profesor adjunto en la División de Finanzas y Economía de la Columbia Business School y presidente de Telecom Advisory Services
Raúl Katz es profesor adjunto en la División de Finanzas y Economía de la Columbia Business School y presidente de Telecom Advisory Services

Nota del editor: actualización de este artículo publicado en noviembre de 2015.

São Paulo, Brasil.- El profesor Raúl Katz ha realizado la primera cartografía digital de América Latina y su respectiva repercusión económica. De acuerdo con su investigación, que analiza los estados del ecosistema y las verticales de negocio e innovación, una poca contribución del capital privado para el desarrollo de iniciativas puramente digitales; una inversión pública mal enfocada y que apuesta poco al desarrollo de nuevos negocios, y una brecha de capital humano es lo que caracteriza a la región.

“El problema fundamental que yo veo no es cultural ni de creatividad, es un tema de recursos”, afirmó Katz entrevistado durante Futurecom, el encuentro de la industria de telecomunicaciones más importante de la región y que se realiza anualmente en São Paulo, Brasil. Según sus cálculos de este profesor de la Columbia Business School, el capital de riesgo per cápita en la región es de 1.67 dólares, frente a los 415.17 dólares en Estados Unidos o los 818.96 dólares en Israel. “El sector privado no está invirtiendo porque el capital de riesgo en América Latina se ubica en cementeras, en construcción, en negocios que tengan mucho menos riesgo, parte porque el capital de riesgo no entiende este negocio digital en la región”, dijo.

La digitalización representó 4.30% del PIB regional entre 2005 y 2013, sumó 195,000 millones de dólares y creó 900,000 empleos en el periodo. Contenido, comercio electrónico y video, en su perspectiva, son las tres áreas más avanzadas; inversión privada y capital de riesgo, las más atrasadas. 

Entre los países de la región con las economías más desarrolladas, la digitalización de México es la que contribuye con menos participación del PIB nacional: 3.26%, frente al 6.12% de Colombia, el 5.15% de Perú o el 4.74% de Brasil. En cualquier caso, entre el 2005 y el 2013 sumó 35,500 millones de dólares y creó 85,700 empleos en México, de acuerdo con los cálculos de Katz, un conocedor de la ecosistema digital latinoamericano, que lo mismo cita a la red social argentina Taringa! que a emprendimientos de comercio electrónico como Linio, de México, o la aplicación de movilidad Easy Taxi, de Brasil.

Digitalización de la economía en América Latina

Se considera sólo a los países con las mayores economías de la región, ordenados a partir de la contribución de la digitalización en el PIB local (con datos de 2005 a 2013).

País Volumen en dólares** % del PIB* Empleos creados*
Colombia 15,976 6.12 153,490
Perú 7,309 5.15 34,200
Brasil 88,480 4.74 370,710
Argentina 12,781 3.76 63,850
Chile 7,726 3.72 25,650
Venezuela 9,327 3.38 41,080
México 35,540 3.26 85,790

* Datos entre 2005 y 2015. ** Dólar al tipo de cambio corriente en el periodo.

Fuente: Raúl Katz y Análisis Telecom Advisory Services

Para realizar su cartografía, publicada con el título El ecosistema y la economía digital en América Latina, este profesor de la Columbia Business School contó con el apoyo de Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), cet.la (Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina) y la Fundación Telefónica. Su libro de 400 páginas es el documento más completo y minucioso sobre el tema. Suena grandilocuente, porque lo es: la radiografía de la economía digital latinoamericana se ha escrito a cuentagotas en blogs y papers académicos y en estudios focalizados sobre determinados segmentos patrocinados por compañías privadas. 

Según las conclusiones de Katz, una mayor digitalización de la región, con políticas públicas que aumenten la asequibilidad de los servicios, mejoren la penetración de terminales de acceso a Internet y estimulen la utilización de las tecnologías, llevaría a un mayor nivel de innovación y, en consecuencia, a mayor repercusión del ecosistema en la generación de riqueza y empleo. “Un aumento de 10 puntos en el índice de digitalización genera un incremento de 0.749% en el PIB. En segundo lugar, reconociendo que nos encontramos en los primeros pasos respecto de probar fehacientemente la causalidad, en la medida de que la digitalización está vinculada con el crecimiento económico, ésta contribuye al bienestar social. Finalmente, como correlato de la inclusión social, la digitalización también ejercería un impacto en varias dimensiones del sistema político”, escribió Katz en su libro.

Ésta es la entrevista que Raúl Katz me ofreció a en São Paulo, en el contexto de la presentación de El ecosistema y la economía digital en América Latina.

—¿Qué distingue al ecosistema digital de América Latina?

—Primero hay que definir qué es lo que se consideran los ecosistemas digitales. En mi libro llamo ecosistema digital a todos los operadores que se articulan a una cadena de valor, que va desde la producción de contenidos hasta el desarrollo de terminales. En la producción de contenido usted puede tener un Televisa, un Globo, un Clarín; un desarrollador de aplicaciones de comunicación como Skype o WhatsApp; lo que yo denomino agregadores, como Facebook y Google, y así progresivamente en términos de operador de telefonías, los que proveen conectividad y finalmente los proveedores de terminales.

En donde estamos más débiles es en las plataformas puramente digitales, a lo que yo denomino agregadores. El mercado de búsqueda hoy en América Latina está controlado 95% por Google y es equivalente en la publicidad digital; en el caso de redes sociales, obviamente Facebook, LinkedIn,Twitter son los dominantes y Facebook es cuatro veces la dimensión de LinkedIn y Twitter. En una posición un poco más secundaria tenemos al único operador regional latinoamericano que es Taringa!, un operador que está basado en Argentina.

Así que cuando usted me pregunta si existe un ecosistema digital en América Latina, yo le diría: depende del estado de la cadena de valor. En conectividad, definitivamente; en producción de contenidos, definitivamente, y en el caso de las plataformas digitales, comercio electrónico y video streaming.

—¿En qué segmentos encuentra mayor presencia local?

—Hay una actividad muy importante de los operadores locales en la provisión de videos, entre los que incluyo tanto a las telefónicas, como Personal en Argentina, y a medios de comunicación como Globo y Clarín, aparte de nuevos emprendedores que han entrado en ese terreno. Cuando uno mira el mercado de video streaming en América Latina, pese a que Netlfix es el más relevante porque tiene alrededor de 7 millones de usuarios, la actividad de firmas latinoamericanas es muy importante.

El segundo mercado donde existe la presencia latinoamericana, donde es dominante, es el comercio electrónico, en el que operadores globales como Amazon, Walmart o eBay son minoritarios con respecto a la actividad de un MercadoLibre o de operadores brasileños como B2W. Hay una actividad muy intensa y muy importante de las firmas latinoamericanas, inclusive aquellas que tienen presencia física. México tiene Linio. Y fuera de eso, El Palacio de Hierro (México), Falabella (Chile), Frávega (Argentina) o todas las tiendas físicas que han generado canales digitales que son muy importantes.

—Más allá de contenido y comercio electrónico, no veo un gigante latinoamericano, por ejemplo, en streaming de video como Netflix.

—Lo que hay en América Latina es un mercado todavía muy fragmentado, muy embrionario, en donde lo que habría que hacer si yo fuera un inversor sería comenzar a consolidar un mercado. Yo pienso que hay una demanda reprimida para este tipo de servicios y hay una posibilidad importante de alguien que quiera invertir y que comience a consolidar a operadores nacionales o invertir más en un Netflix latinoamericano. Me parece que ahí hay una posibilidad para alguien que lo quiera hacer.

—Insisto en la pregunta: ¿a quién ve como los actores digitales más relevantes en la región?

—Cuando yo miro la cadena de valor en términos de movimiento no veo mucho más. Por ejemplo, en comunicaciones veo una dominancia muy importante de Skype y WhatsApp (Skype, propiedad de Microsoft y Whatsapp, propiedad de Facebook) y en el caso de aplicaciones de comunicaciones yo veo una oportunidad ahí interesante. Cuando analizo los costos que le tomó a WhatsApp desarrollar su plataforma, de alrededor de 110 millones de dólares, para nosotros como latinos esa cantidad podemos encontrarla como financiamiento y en la medida en que una aplicación como esa tiene muy bajas barreras de entrada en la región, en el sentido de que no hay efectos de red como en el caso de Facebook, un operador o inversor latinoamericano podría entrar. No lo hemos hecho todavía pero parecería una oportunidad interesante.

—¿Es necesario el Facebook latinoamericano o la aparición de un Mark Zuckerberg en la región?

—No es necesario, a mí me parece que es imposible desde el punto de vista de dinámica competitiva, porque hay dos temas que considerar: por un lado los efectos de red, directos e indirectos en una red social como la de Facebook. Los efectos de red son las economías de escala por el lado de la demanda, que significan que con 1,400 millones de usuarios o 230 millones latinoamericanos es muy difícil desarrollar una alternativa a esa red social que determine que la gente comience a migrar. 

El otro tema son las economías de escala por el lado de I+D, la posibilidad que ellos tienen para desarrollar o actualizar las plataformas. [Google destinó 7,713 de dólares a investigación y desarrollo en el 2013, 13% de su facturación; Facebook, 1,414 millones, 18%, y Amazon, 6,565 millones, 9%, según datos citados por Katz en su libro].

No trabajemos en contra de ellos, sino sobre complementos, aplicaciones que corran en las plataformas y que les agregan valor. Tenemos 22,000 puestos de trabajo en chicos que están desarrollando videojuegos o aplicaciones, o sea que la idea no es buscar el Facebook latinoamericano sino desarrollar complementos que aprovechen esas plataformas globales y a partir de eso empezar a desarrollar una industria.

—En materia de emprendimiento, ¿nuestra cultura impacta?

—No pienso que es el punto más importante. Acá hay mucha creatividad, hay muchos chicos que están trabajando en aplicaciones que están tomando riesgos, que en vez de ir a trabajar a una gran empresa tienden a salir de la universidad y crear pequeñas startups. El problema fundamental que yo veo no es cultural ni de creatividad, es un tema de recursos.

Cuando miro el riesgo del capital en América Latina, en el tema digital es de 450 millones de dólares a para toda la región… 450 millones de dólares para desarrollar un ecosistema digital, para desarrollar plataformas digitales, es una gota de agua.

Cuando lo normalizo por habitante, en América Latina significan 1.67 dólares por habitante, mientras que Israel, un país de 7 millones de habitantes, la inversión de capital de riesgo es de 818 dólares por habitante. El tema es cuánto hay de inversión y ni siquiera pienso en la inversión pública, porque pienso que el sector público está invirtiendo mucho, pero no lo está invirtiendo bien, no está asignando los montos de manera adecuada a las incubadoras al desarrollo de nuevos negocios. Hay mucho dinero que está en becas y yo no estoy en contra de las becas pero en última instancia hay muy poco que se va, en términos relativos, al desarrollo de nuevos negocios.

Mis cálculos me dicen que el sector público a nivel América Latina está invirtiendo alrededor de 20 mil millones de dólares por año en este sector, de los cuales solamente 12% están yendo al desarrollo de nuevos negocios, pero 12% es muy poco. Entonces hay que ver qué se está haciendo para comenzar a cambiar y racionalizar la inversión pública, pero no hay una necesidad de aumentar.

—¿En dónde está el sector privado?

—El sector privado no está invirtiendo porque el capital de riesgo en América Latina se ubica en cementeras, en construcción, en negocios que tengan mucho menos riesgo, parte porque el capital de riesgo no entiende este negocio digital en la región. Para mí, le digo honestamente, el problema de la cultura no me parece el tema. A veces queremos culparnos de los problemas que podemos tener por diferencias culturales. El problema es que no hay recursos, el sector privado no quiere invertir.

El otro problema que tenemos es una brecha de capital humano. El sistema educativo todavía no está generando los recursos suficientes para alimentar lo que tiene que ser un sector multidinámico. Cuando hago los cálculos veo que, más allá de los ingenieros que se están recibiendo, tenemos una brecha por año de 50,000 ingenieros y tenemos una deserción del sistema educativo donde los chicos que van a estudiar ingeniería abandonan después de dos años, porque obviamente como hay una demanda tan importante de recursos prefieren abandonar porque así pueden aprovechar y sacar un buen salario.

—Usted habla de la creación de un mercado digital único, basado en características como el idioma, la creatividad y el emprendimiento. ¿Cómo funcionaría?

—Con el español tenemos la economía de escala. Cuanto más desarrollemos aplicaciones en español que satisfagan nuestras economías de escala, más posibilidad habrá de apalancar los efectos de la red indirectos que nos da el hecho de que tenemos un estado natural de 570 millones de personas, aunque en realidad sólo 50% de ellas acceden a Internet, pero de todas maneras es un mercado importante.

Lo que tenemos que tratar de hacer es, cuando pensamos en desarrollo del sector, comenzar a desarrollar ciertos centros de excelencia por país. Por ejemplo, Uruguay tiene una cierta excelencia en el desarrollo de aplicaciones o plataformas agropecuarios; Chile puede desarrollar algunas en el caso de industrias extractivas; los brasileños son muy buenos en comercio electrónico. Comencemos a desarrollar centros de excelencia basados en especialización, donde racionalizamos la inversión y en vez de competir entre nosotros lo que estamos haciendo es distribuir las tareas y operando más como una entidad regional única.

Este tipo de cosas no son nada sencillos de hacer porque la tradición que tenemos en América Latina de crear mercados únicos no es muy buena. En una de esas, la Alianza del Pacífico [que integran México, Colombia, Perú y Chile, con una población total superior a 219 millones de personas] podría ser un comienzo y después quizá con los acuerdos bilaterales de compartición, si se quiere por ejemplo que México trabaje con algunos países centroamericanos. Hay tradición en Centroamérica de crear mercados integrados y pensar si México puede apalancar la entrada en el mercado hispano de Estados Unidos. Hay oportunidad, pero esto hay que pensarlo mucho más. Hay que empezar de a poco.

* * *

Raúl Katz es profesor adjunto en la División de Finanzas y Economía de la Columbia Business School y presidente de Telecom Advisory Services, dedicada a la consultoría en temas de telecomunicaciones y tecnología. Su libro El ecosistema y la economía digital en América Latina, auspiciado por Cepal, CAF, cet.la y la Fundación Telefónica y publicado por la editorial Ariel, puede descargarse en PDF y de manera gratuita desde el sitio web de la Cepal.

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