El tiempo nos ha enseñado que los sistemas de pensiones tal y como están diseñados no soportarán más de una década, dos en el mejor de los casos. Las personas que están próximas a su jubilación, están viendo reducidas sus cifras, o hay planes para ello. Son una generación que cotizaron y mantuvieron el sistema de pensiones durante 40 años. Ahora, los estados les dicen que no van a poder cobrar todo lo cotizado porque el sistema no lo soporta. Les han cambiado las reglas del juego en el último momento.

Mi generación, millenial, a golpe de dos grandes crisis (2008 y coronavirus) hemos aprendido que no vamos a tener una pensión pública con la que podamos vivir dignamente, es más, dudamos si quiera que vayamos a tener pensión alguna. Tenemos que buscar la forma de tener fuentes de ingresos alternativas para el retiro que nos permitan mantener ese deseado retiro dorado. Nosotros tenemos tiempo de prepararnos, ya sabemos cómo va a ser el juego.

La pasada semana se presentó una propuesta para la reforma de las pensiones en México con bastantes claro oscuros, si bien hay que señalar que no se ha hecho público la totalidad del texto, sí hay que ver con detalle algunos de los puntos:

Para cobrar pensión bastaría cotizar 15 años. Pero hay que aceptarlo, no hay sistema de pensiones que con tan pocos años de trabajo soporte los pagos durante una vejez indeterminada. 15 años puede funcionar para generar ingresos del 10% o 20% del salario promedio percibido, pero no para el 100% La propuesta pretende aumentar de manera progresiva la aportación por parte del empleador hasta alcanzar el 13.87% y mantener en el 1.125% la aportación por parte del trabajador. Porcentajes insuficientes para lograr una vejez digna.

Hagamos el cálculo sin contar la inflación. Tomando como base el salario promedio de 6,252 pesos mensuales las aportaciones anuales al AFORE de patrón y empleado serán de 11,250 pesos. Si se cotiza 15 años y se obtiene una tasa de interés del 7% se logra una bolsa de 199,784 pesos. Asumiendo que la edad de jubilación se mantiene en 60 años y la esperanza de vida es de 75 años, nos da una cifra mensual de 1,100 pesos que recibiremos por las aportaciones.

La Pensión Mínima Garantizada (PMG) en México es de 3,198.81 pesos. La diferencia entre el PMG y los 1,100 pesos saldrá de las arcas del estado. ¿Podrías vivir con esta cantidad mensual?

Independientemente del esquema de retiro por el que se opte, debemos enfrentar que existe una baja educación financiera, no sólo en México, en todo el mundo. Este es el punto clave de cualquier reforma, construir una educación financiera sólida. Hoy ni se vislumbra.

Según datos de la OCDE y S&P menos de la mitad de la población mundial tiene educación financiera básica. Latinoamérica destaca de manera negativa con sólo un 25%, seguido sólo por el sudeste asiático. ¿Qué significa alcanzar ese nivel educativo? Conocer cuestiones básicas sobre inflación y tipos de interés, entre otros.

Una buena educación financiera permite acceder al sistema financiero y bancario; tomando decisiones que nos convengan en función de nuestras necesidades. Según estudios del Banco Mundial un aumento de 10% en el acceso a los servicios financieros genera una reducción de 0.6 puntos en el coeficiente de desigualdad de Gini. Es decir, a mayor educación financiera, menor desigualdad.

Pero este analfabetismo financiero viene con etiquetas de discriminación.

Primero la económica; el 74% de las personas con rentas inferiores a 12,000 dólares anuales tienen analfabetismo financiero, mientras que en rentas superiores esta cifra se va reduciendo de manera exponencial hasta llegar al 20% en los últimos deciles, según el estudio S&P Global FinLit Survey.

Segundo, la discriminación de género. En el mundo el 35% de los hombres tienen educación financiera básica, mientras que sólo el 30% de las mujeres. Ese 5% de diferencial representa a nada más y nada menos que ¡186 millones de mujeres! Para ponerlo en contexto, equivale a toda la población femenina de Estados Unidos. Pero lo que es más alarmante es que esta brecha de género es igual en economías emergente y desarrolladas. Es una discriminación muy enquistada en la sociedad.

Por ello es imprescindible que todos los países del mundo cuenten con Estrategias Nacionales de Educación Financiera (ENEF) y las desarrollen mediante Planes de Educación Financiera, principalmente en sus programas de estudios de primaria y secundaria. En América Latina, sólo cinco países están diseñando (que no es que tengan) por primera vez una ENEF: Brasil, Chile, Colombia, México y Perú. En contraste con los 10 países como Nueva Zelanda, España, Estados Unidos o Singapur , que ya están diseñando o implementando su segunda ENEF.

Si los sistemas de pensiones tal y como están diseñados no soportarán más de una década y se está presentando una propuesta de reforma; si la educación financiera empodera a los ciudadanos, aumenta la equidad y distribuye equitativamente la riqueza. ¿Qué esperamos para convertir la educación financiera en uno de los pilares del Estado? Los sistemas de pensión y retiro lo agradecerán.

Alejandro Cubí es el Director Internacional y de Expansión de Tirant lo Blanch.

Twitter: @Alejandro_Cubi

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