Manuel Bartlett, director general de CFE, y Rocío Nahle, secretaria de Energía, en la reunión del Consejo de Administración de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) del 26 de abril de 2019. Foto: Cortesía CFE

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la creación de la nueva empresa gubernamental de telecomunicaciones para llevar internet a todo el país. El operador se llamará CFE Telecomunicaciones Internet para Todos y utilizará la infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), incluidos los 43,276 kilómetros de fibra óptica de la compañía reportados en su Plan de Negocios 2018-2022. Su objetivo será proveer internet al 35% de la población que aún no tiene acceso al servicio (cifra que se eleva a 60% en zonas rurales) (ENDUTIH 2018). Aproximadamente 40.3 millones de mexicanos, según un diagnóstico de la Subsecretaría de Comunicaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 ambiciona una cobertura de banda ancha de 95% de la población, por lo que la nueva empresa deberá alinearse a esa meta. 

Es innecesario discutir si la decisión presidencial de crear una nueva empresa de internet fue correcta, y si fue la opción más económica y socialmente eficiente para acortar la brecha digital en México, por lo que conviene mirar hacia delante.

Desde el 20 de diciembre de 2013 la CFE dejó de ser una paraestatal para convertirse en una empresa productiva del Estado de propiedad exclusiva del gobierno federal. Significa que la CFE debe generar riqueza, no será sobrerregulada, no tendrá limitaciones excesivas, será transparente, eficiente y competitiva a nivel nacional e internacional.

Durante el anuncio, AMLO dijo que el de internet será un “servicio sin fines de lucro a todos los que viven en las comunidades más apartadas del país”. Pero una empresa productiva “es una nueva organización de competencia cuya finalidad es la obtención de recursos para allegarlos al Estado”. Esa nueva naturaleza jurídica hizo que la CFE comenzara a tener un fin de lucro para invertir en el mercado. En 2017, la CFE tuvo ingresos por telecomunicaciones de 880 millones de pesos, 42% más que en 2016 (621 millones de pesos). El segmento de fibra óptica representó apenas 0.26% de la actividad total de la empresa.

Una filial de la compañía eléctrica, como es el caso de CFE Telecomunicaciones Internet para Todos, también será una empresa productiva, por lo que se regirá bajo los mismos principios. La CFE (con 42.1 millones de clientes) ha sido la entidad con el mayor número de quejas ante la Profeco por cobros injustificados; sería relevante que ese historial de reclamaciones no fuera una herencia para la nueva empresa de internet.

Según las características y objetivos de las empresas productivas del Estado, como corresponderá a la nueva AMLOTelecom, la estructura deberá ser empresarial, corporativa y autónoma. Asimismo, crear valor económico, incrementar los ingresos para la Nación y tener autonomía presupuestaria. Su organización, administración y estructura corporativa deberán ser acordes con las mejores prácticas internacionales. Las decisiones estratégicas deberán ser de índole empresarial y no políticas. Aunque será una empresa del gobierno, se le aplicará el derecho privado y mercantil. El director(a) será nombrado directamente por el Presidente de la República.

Algo importante es que, como filial de una empresa productiva, CFE Telecomunicaciones Internet Para Todos contará con un “régimen especial en materia de adquisiciones, arrendamientos, servicios y obras públicas, presupuestaria, deuda pública, responsabilidades administrativas y demás que se requieran para la eficaz realización de su objeto, de forma que le permita competir con eficacia en la industria o actividad de que se trate”.

Sépanlo y no se sorprendan:

  1. La nueva empresa de internet tendrá privilegios sobre el resto de los operadores. Por ejemplo: privilegios en contratos con gobiernos, dependencias e instituciones, derechos de vía, acceso a infraestructura pasiva, uso de inmuebles, concesiones…
  2. Se entorpecerá la neutralidad regulatoria y competitiva porque en su calidad de filial de la CFE, disfrutará de un régimen especial.
  3. Desde ya se vislumbran conflictos de interés porque el Estado, además de ser regulador del mercado y la competencia, será operador. Querrá que su nueva empresa de internet sea exitosa, por lo que podrá negociar cuestionables beneficios regulatorios “legalmente válidos” por su régimen especial como empresa productiva del Estado.
  4. La autonomía del regulador puede verse comprometida por las exigencias que pueda llegar a tener la AMLOTelecom.

Para prestar todo tipo de servicios de telecomunicaciones, la CFE deberá solicitar una nueva concesión única al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). (Desde 2014 la CFE cedió totalmente a Telecomunicaciones de México, Telecomm, la concesión otorgada por la SCT en 2006 para instalar, operar y explotar una red pública de telecomunicaciones, así como los recursos y equipos.)

La interrogante es si el fin de la concesión será comercial o público. Si la CFE solicita y el IFT otorga una concesión comercial, significa que reconoce que, aunque del gobierno, la CFE es una empresa productiva que sí tiene un fin de lucro. Si el IFT otorga una concesión pública, la AMLOTelecom no podrá explotar o prestar servicios de telecomunicaciones con fines de lucro. El IFT deberá decidir entre reconocer la nueva naturaleza jurídica de la CFE y su filial productiva que sí puede lucrar y lo declarado por AMLO, en el sentido de que prestará servicios de internet sin fines de lucro.

La concesión para la CFE será por hasta 30 años. AMLO informó que el Consejo de Administración ya aprobó la propuesta (aunque todavía no publica el acuerdo en el Diario Oficial de la Federación) y que “está haciendo la solicitud de concesión”, por lo que deberá presentar las características generales del proyecto y acreditar su capacidad técnica, económica, jurídica y administrativa. Una vez que presente la solicitud, el IFT resolverá y otorgará la concesión en 60 días.

Esta concesión no incluye la explotación de bandas del espectro radioeléctrico. AMLO aclaró que el internet llegará a cada Centro Integrador de Servicios (donde habrá una sucursal del Banco del Bienestar, antes Bansefi) a través de las líneas de la CFE, pero “habrá una antena para comunicar al resto de las comunidades”. ¿Esta antena será un hotspot de Wi-Fi o una radiobase para lo cual la CFE requerirá acceso al espectro radioeléctrico? ¿En cuál banda?

En caso de que la nueva empresa solicite acceso al espectro, el título de concesión incluirá los programas y compromisos de inversión, calidad, cobertura geográfica, poblacional o social, de conectividad en sitios públicos y de contribución a la cobertura universal que determine el propio IFT, además de alinearse a los programas de inclusión digital universal de la SCT.

La CFE tiene 91,369 empleados, de los cuales 72,679 son sindicalizados. ¿Cuántos más se sumarán a la nueva empresa de internet? ¿Estarán afiliados al Sindicato de Electricistas de México o se creará un nuevo sindicato de telecomunicaciones?

CFE Telecomunicaciones Internet Para Todos deberá al mismo tiempo conectar con banda ancha a las comunidades más apartadas del país, cerrar la brecha digital, contribuir al 95% de cobertura, ser eficiente, competitiva, generar riqueza, lucrar como filial de una empresa productiva y a la vez ofrecer internet sin fines de lucro. Ser una empresa social y capitalista. Combinación compleja pero provocadora.

Jorge Bravo es analista de medios y telecomunicaciones.

Twitter: @beltmondi

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