Élfego Riveros Hernández, representante legal de Radio Teocelo, durante una emisión de la estación comunitaria. Foto: Cortesía Radio Teocelo

Radio Teocelo es un participante de la industria de la radiodifusión en México con las manos atadas. Es un concesionario social comunitario, con un título que le permite utilizar el espectro para ofrecer servicios de telecomunicaciones y radiodifusión sin fines de lucro, bajo un modelo de financiamiento impuesto por ley que le asfixia. Trabaja con equipo técnico que le fue donado hace más de 25 años y cuyas condiciones hoy ponen en riesgo su operación. Y encima, como toda la industria, enfrenta el desafío de la radio de nueva generación: migrar de lo análogo a lo digital.

Radio Teocelo tiene medio siglo de experiencia en la radiodifusión. Fue fundada en septiembre de 1965 en Teocelo, Veracruz, a unos 25 kilómetros al sur de Xalapa. Es pionera entre las radios comunitarias de México y en una industria llena de tiburones, diseñada bajo la ley del más fuerte. Una rara avis en un sistema que es benévolo con los amigos e implacable con los desconocidos, como también lo es Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias A.C. (TIC A.C.) y otras organizaciones con vocación comunitaria y de beneficio social metidas en la industria. Atiende a una población de 400 localidades de 12 municipios de Veracruz, con una audiencia potencial de 500,000 personas. Su cobertura es de 50 kilómetros y transmite con las siglas XEYT desde el 1490 de AM.

Radio Teocelo es una radio hecha por la comunidad para la comunidad, como si un conjunto de vecinos comprometidos con su entorno decidiera tomar los micrófonos y ofreciera servicios informativos, de entretenimiento y culturales a otros vecinos. Ganó el Premio Nacional de Periodismo 2003 en la categoría Orientación y Servicio a la Sociedad por el programa Cabildo Abierto, como un ejercicio de gobierno abierto y participativo, de transparencia, rendición de cuentas y contraloría social. Un programa de difícil realización desde una radio privada y comercial.

Radio Teocelo es parte del llamado “tercer sector” de la sociedad, con identidad distinta de los sectores público y privado. Y también con un título de concesión distinto, que le ata las manos para hacerse de recursos suficientes que le permitan cubrir sus gastos de operación y permitirse la reinversión. El artículo 89 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR) le impone un modelo de financiamiento de pocas verticales: donativos en dinero o en especie; aportaciones voluntarias de sus radioescuchas y realizadores (es donataria autorizada por el SAT); proveeduría de distintos servicios informativos y de radiodifusión sin fines comerciales, y renta de sus instalaciones y competencias. La última línea de financiamiento permitido es buscar parte del 1% del presupuesto de comunicación social de las entidades de la administración pública federal a escala nacional, conocido comúnmente como publicidad oficial.

Radio Teocelo también es pionera en lo que hoy en la industria de los medios de comunicación se conoce como “vivir de la audiencia”: contar con más ingresos aportados por la comunidad a la que se atiende que por ingresos por concepto de publicidad u otros servicios. Pero no es suficiente: Radio Teocelo sirve a una comunidad muy concreta en un estado con un índice de marginación muy alto (1.4 en 2015, el cuarto más alto de México). Se trata de población en los deciles socioeconómicos más bajos, campesinos y productores de café, principalmente.

Cobertura en vivo de Radio Teocelo durante la fiesta del Santo Entierro de Cristo, en enero de 2019. Foto: Cortesía Radio Teocelo

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ha descrito a la radio local, indígena y comunitaria como promotora de la cultura y las tradiciones de las comunidades, lo que genera arraigo, cercanía, identidad y fortalecimiento de los lazos comunitarios. Además, documentó el IFT en 2017, “permite prepararse ante una contingencia, conocer los beneficios de distintos programas sociales, participar en la vida de la comunidad, preservar sus costumbres y tradiciones”. Es útil y necesaria y representa el pleno ejercicio del derecho a comunicar, del derecho a la información y de la libertad de expresión.

“Necesitamos ayuda para seguir siendo un medio de comunicación cercano, transparente, con incidencia y que sea contrapeso del poder”, me dijo Élfego Riveros Hernández, representante legal de Radio Teocelo y miembro de la Asociación Veracruzana de Comunicadores Populares, A.C. (Avercop), la entidad que posee el título de concesión. Se requiere un cambio de política pública y de modelo para la radio comunitaria de México, que permitan a estas estaciones dejar de ser pocas, pequeñas y pobres (PPP). Radio Teocelo necesita reconvertir y modernizar la estación. Por eso ha lanzado un SOS, con la esperanza de que se escuche y sea atendido mucho más lejos de su zona de influencia.

Este artículo originalmente se publicó en El Economista el 9 de junio de 2019.

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