Terra Networks operó a contracorriente hasta el último minuto. Lo hizo con éxito y en muchas ocasiones a pesar de su casa matriz, Telefónica. El jueves pasado, la operadora española anunció de manera sorpresiva el cierre del emprendimiento que durante 18 años marcó hitos en la industria digital. Desde el primer minuto del 1 de julio, los sitios de Terra en Argentina, Chile, Colombia, Estados Unidos, España, México y Perú informan a sus usuarios que los servicios de “portal, chat y Terra Mail gratuito ya no están en funcionamiento”; 10 segundos después, redirigen a la Tienda Movistar de Telefónica.

El cierre de operaciones es la última gran muestra de una vida a contracorriente. Ocurre en un momento en que grandes compañías de telecomunicaciones consolidan su oferta de redes y contenido, como una forma de controlar la tubería (la infraestructura) y lo que circule por ellas (el contenido). En México, América Móvil ejecuta distintas estrategias a través de marcas como Uno TV, Claro Sports y Clarovideo, y Televisa se está jugando una gran carta con el sistema de video bajo demanda Blim y con la reciente adquisición de 50% del capital de SDP Noticias, el líder indiscutible de tráfico entre los medios mexicanos nacidos en internet. En Estados Unidos, AT&T está cerrando la adquisición de HBO, CNN y la productora cinematográfica Warner Bros a través de Time Warner; Verizon pagó 4,450 millones de dólares por Yahoo, un icono de la economía digital que llegó a ser la número 1, y Comcast es dueña de NBCUniversal y ha realizado inversiones en BuzzFeed o Vox Media. Para Terra Networks, la cosa tendría que ser a contracorriente, ahora quizá en contra de su voluntad.

Ejemplos de la disrupción de Terra hay muchos. En el año 2000, Terra era el segundo proveedor de internet (ISP) en México, por debajo de Telmex de América Móvil (había sólo 1.5 millones de hogares conectados a internet); entre otros servicios, ofrecía una conexión telefónica gratuita a través de un acceso habilitado en un CD ROM (un disco compacto bautizado como Terra Libre). Durante 10 años operó el servicio de data financiera Infosel (de 1999 al 2009). Fue pionera en la transmisión en vivo en entornos digitales de eventos deportivos internacionales (en el 2011 se hizo de los derechos de los Juegos Panamericanos de Guadalajara, dos años antes de que Claro realizara un movimiento similar con la compra de los derechos de los Juegos Olímpicos de Invierno 2014). En su debut bursátil, en 1999, la acción se disparó 210% desde los 11.81 euros hasta los 37 euros y alcanzó un máximo de 157.60 euros por título en tres meses. En el 2000 protagonizó una de las adquisiciones más caras en la historia de internet hasta ese momento, la compra de Lycos por 12,500 millones de dólares; Lycos era el quinto sitio más popular de la época en Estados Unidos. Un año más tarde se hizo con DeCompras.com, un pionero en México del comercio electrónico. Terra libró con dignidad la crisis de las punto-com hasta que fue deslistada en el 2005, tras la adquisición de 100% de su capital por parte de Telefónica.

Terra fue fundada en 1999 por Juan Villalonga, presidente de Telefónica (1996 y 2000), y durante 18 años construyó una red que sirve como caso de estudio en escuelas de negocio y de periodismo. Villalonga describía el emprendimiento como una combinación entre Yahoo, eBay y Amazon. En su momento firmó alianzas de contenido con MTV, Walt Disney, Miami Herald y ESPN y de distribución de productos con BMG de Sony Music. Ofrecía un servicio de mensajería instantánea (chat), correo electrónico. Antes de que los procesos automatizados (programmatic) pulverizaran la publicidad digital tradicional (los anuncios gráficos o display), Terra había dado vuelta a su modelo e ingresaba más de 60% por servicios digitales y contenido de pago. Y antes de que su casa matriz emprendiera la gran batalla contra los servicios OTT (over-the-top, como Netflix, Spotify o WhatsApp), reclamando una regulación a los servicios digitales, Terra Networks había probado con (casi) todos los existentes. Al 31 de diciembre del 2016, la red de Terra contaba con un capital social de unos 65 millones de dólares.

Todo acabó el viernes 30 de junio del 2017. Terra tuvo un final acorde con su trayectoria: a contracorriente.

Aviso a los usuarios de Terra Networks.

Este artículo originalmente se publicó en El Economista el 2 de julio de 2017.

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