En la parte superior de la pantalla de su teléfono se observa el nombre de su proveedor de telefonía o banda ancha pero también la tecnología que utiliza para conectarse a la red móvil. Hacia finales de 2017 comenzará a aparecer “4.5G”, que significa que su smartphone estará habilitado con tecnología de cuarta generación LTE-Advanced, con una velocidad de transferencia y descarga de datos de hasta 100 Mbps en movimiento, similar a las redes de fibra óptica actuales.

Cada generación de comunicaciones móviles viene acompañada de sus respectivas tecnologías y servicios. 1G sólo era voz. 2G añadió mensajes de texto (SMS) y rudimentarias páginas web. 3G incorporó aplicaciones de voz, correo electrónico y navegación en Internet. 4G sumó música y video en streaming y servicios en la nube. Abrir un sitio web sencillo con un teléfono 2G tardaba 42 segundos y con un móvil 4G la espera se reduce a 1.3 segundos.
4.5G ofrece un consumo intensivo de aplicaciones cada vez más demandantes de datos móviles, video de altísima definición como 4K y llamadas de voz por Internet, todo ello a muy alta velocidad y calidad, mejor desempeño y en espacios con muchas personas y dispositivos conectados a la red sin que ello merme la calidad del servicio.

¿Qué piensa hacer usted con esa velocidad y desempeño? El 13 Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2017 reveló que la principal barrera de acceso a Internet es la velocidad de navegación (33%), incluso por encima del precio (22%) o no saber utilizar Internet (21%). Pero contrasta con que las principales actividades en línea son acceder a redes sociales (83%), enviar/recibir correos (78%) y mensajería instantánea (77%).

JORGE BRAVO EN ECONOMICÓN: Oscuro objeto de deseo llamado espectro

Cada tecnología y servicios móviles vienen acompañados de dispositivos cada vez más potentes, delgados y con pantallas más grandes y de mejor resolución. Las fotografías son más nítidas y “pesadas” y la capacidad de los gráficos de los videojuegos es cada vez más avanzada. Todos estos elementos se traducen en más capacidad y consumo de datos.

En resumen, 4.5G representa un buen negocio para los operadores que ofrezcan la tecnología LTE-A, porque los usuarios harán un uso intensivo de la red y los proveedores podrán facturar cada megabyte adicional que consuman sus suscriptores, seguramente adictos al contenido audiovisual. En 2016 el video representó 50% del tráfico móvil, seguido de redes sociales (38%) y audio (34%). Se estima que para 2022 el video represente 75% del tráfico móvil a nivel mundial. Ese mismo año más de 90% del tráfico móvil provendrá de teléfonos inteligentes (Ericsson Mobility Report, 2017). El estudio de la Asociación de Internet también revela que 61% de los internautas mexicanos se conectan a Internet mediante un plan de datos contratado y con smartphones (90%).

Estos mismos operadores deben realizar inversiones intensivas en capital, particularmente en fibra óptica para soportar la alta demanda de datos.

En México las redes LTE-Advanced ya fueron anunciadas por Ultravisión en las localidades donde opera y Telcel en 40 ciudades. Seguramente les seguirán AT&T, Telefónica, algún operador móvil virtual e incluso la Red Compartida de Altán.

México va detrás de países como Chile, Brasil y Puerto Rico donde ya funcionan redes LTE-A. Como en otros temas de conectividad, Chile es líder en 4.5 Plus —como le llaman allá— en las bandas de 700 MHz y 2.5 GHz. El operador Entel Chile alcanzó una cobertura de 100% de LTE-A en marzo de 2017. Menciono a Chile porque la Estrategia Digital Nacional del presidente Peña Nieto “se plantea que México alcance los indicadores del país líder de América Latina (Chile) para 2018”. Algo tendría que hacer México para alcanzar esos niveles de cobertura con la tecnología móvil más avanzada del momento.

JORGE BRAVO EN ECONOMICÓN: Internet en México más allá de lo evidente

Inicialmente, la disponibilidad de smartphones y tabletas para las redes 4.5G tendrá un precio de gama alta porque la primera generación de gadgets estará dirigida a segmentos de alto poder adquisitivo. Pero lo que hemos visto es una rápida adopción de la tecnología por parte de los usuarios, cada vez más veloz en cada una de las generaciones móviles. Ya existe el hábito entre los usuarios. Nos gusta la velocidad y el Internet cada vez más ágil y rápido es irreversible.

Ericsson encontró que los retrasos en la carga de páginas y videos provocó un incremento de 38 por ciento en el ritmo cardíaco de los individuos sometidos a tensión por un Internet lento. El nivel de estrés por esperar a que cargue un video es similar a ver una película de terror o resolver un problema matemático, incluso superior a esperar en la fila del supermercado. Ahora ya lo saben, si no quieren que los usuarios nos impacientemos, hay que comenzar a desplegar LTE-Advanced… y rápido.

Jorge Bravo es analista de medios y telecomunicaciones.
Twitter: @beltmondi

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