Coursera es una de las compañías insignia de la nueva educación en línea, al lado de General Assembly, para la enseñanza de sistemas de cómputo; Duolingo, especializada en idiomas, y Khan Academy, que en México trabaja con una fundación del magnate mexicano Carlos Slim Helú. Sólo entre estas cuatro escuelas digitales se suman al menos 380 millones de dólares de inversión, de fuentes tan diversas como Jeff Bezos de Amazon, el Banco Mundial, el actor Ashton Kutcher o Google Capital.

Coursera, fundada en 2012 en Silicon Valley, California, cuenta con 15 millones de usuarios inscritos y, en una sola clase, sus profesores llegan a tener hasta 100,000 estudiantes en línea; la mayoría son personas en ejercicio profesional que aspiran a mejorar su carrera. Tiene acuerdos con más de 120 universidades en 25 países, que van desde la Universidad de Duke, Yale, la UNAM y el Tec de Monterrey, en la modalidad de massive open online courses (MOOCs): sin límite de alumnos y con acceso abierto desde Internet, lo no significa que sean gratuitos. El objetivo de Coursera es reducir la llamada “brecha de capital humano”, con un catálogo de más de 1,300 clases y programas especializados en artes y humanidades; ciencias biológicas, físicas e ingenierías; ciencias sociales, desarrollo personal, negocios y ciencia de datos.

“En México, más de 40% de los empleadores tiene mucha dificultad para contratar a gente con las capacidades que son de alta demanda. Y ese es el nicho más importante, el sector más importante al que nosotros nos enfocamos”, dijo Esteban Kozak, ejecutivo de Coursera, entrevistado para el lanzamiento de la plataforma en México, 1 de octubre pasado. “La mayoría de los usuarios mexicanos se están enfocando en el área de negocios y tecnología y esto es un fenómeno que tenemos en todos los países emergentes, es una brecha en cuanto a la demanda laboral que existe, la demanda de capital humano por medio del sector privado y público”.

Entre los 20 cursos ofrecidos por el Tec de Monterrey se encuentran “Análisis de datos para la toma de decisiones”, “Desarrollo de aplicaciones iOS” y “Marketing en redes sociales”. La UNAM, que también ofrece 20 cursos y una especialización, imparte “Herramientas y técnicas de creatividad, diseño e innovación”, “Robótica”, “Introducción a la programación estadística con R” y los ingenieros Marco Tulio Mendoza, Ernesto René Mendoza y Germán López Rincón se encuentran entre los profesores de “Cómo autoconstruir tu vivienda”, que abarca el arreglo del terreno, los cimientos, los muros y las mezclas.

De acuerdo con la reclutadora británica Hays, en su Reporte Laboral México 2015, 7 de cada 10 empleadores tiene problemas para encontrar profesionales cualificados y 6 de cada 10 encuentra un desajuste entre la oferta de profesionales y las vacantes disponibles. “Coursera es para todo individuo que tenga el interés de mejorar su carrera profesional o estar en cierta medida actualizado en determinadas áreas, especialmente las de tecnología, negocios e información”, dijo Kozak.

Para Hays, los profesionales de la gerencia y la administración de las áreas Logística, Ciencias de la Salud, Contabilidad y Finanzas, Ingeniería y Manufactura, Recursos Humanos, Tecnologías de la Información y Ventas y Mercadotecnia serán los más buscados por el mercado laboral en el 2016. Algunos salarios documentados por Hays van de los 300,000 a más de 3 millones de pesos anuales (considerando 12 meses de trabajo más un mes de aguinaldo, sin incluir bonos u otras prestaciones), como el puesto de Director de Compras Global (3.2 millones), Director de Operaciones en Ingeniería o Manufactura (3 millones) y Director de Tecnologías de la Información (3 millones). Ni por asomo aparecen las áreas de humanidades, ciencias sociales, artes y educación y, en todos los casos, los puestos requieren además del dominio de competencias particulares, de experiencia en el campo. “En cuestión de competencias laborales, la más escasa y al mismo tiempo, demandada, es la habilidad comercial. Es una capacidad que, en la mayoría de los casos, proviene de la experiencia laboral del empleado en determinada empresa”, sugiere Hays en su reporte.

Según datos del Observatorio Laboral, de la Secretaría del Trabajo, el salario promedio de los profesionales de las finanzas, banca y seguros es de 21,519 pesos; en servicios de transporte, 20,580 pesos, y en minería y extracción, 19,833 pesos.

En México, Coursera tiene 400,000 usuarios, con un promedio de edad de 28 años. “Pero tenemos un montón de usuarios que se preparan para la universidad, o sea que el rango de edad empieza desde los 16, 17 años hasta los 28”, dijo Kozak. De acuerdo con el Inegi, 15.9 millones de jóvenes en México se encuentran dentro de la población económicamente activa (PEA) y 14.7 millones están ocupados; la tasa de desocupación en este grupo de personas es de 7.71 por ciento. De esa masa, sólo 508,173 jóvenes ganan más de 5 salarios mínimos, para completar un salario anual de 126,180 pesos, con la nueva tarifa del salario mínimo unificado a 70.10 pesos la jornada.

Cuatro de cada 10 usuarios acceden a Coursera desde sus smartphones, en una tendencia que va al alza. Según la consultora estadounidense eMarketer, en México hay 62.5 millones de usuarios de smartphones y 6 de cada 10 conexiones móviles están vinculadas a uno de estos dispositivos. Para la consultora mexicana The CIU, las tarifas de los servicios de telecomunicaciones móviles han descendido 11.8% entre agosto de 2014 y agosto de 2015, “como resultado de la implementación de la interconexión cero a favor de los operadores competidores, así como por efecto de las nuevas condiciones competitivas en el mercado, a partir de la alineación de estrategias tarifarias y de servicios ofrecido”.

Lo único tradicional en Coursera es algo que solicitaron los usuarios a los desarrolladores de la plataforma: la entrega de un certificado “físico” con el que los alumnos pudieran demostrar que han completado un curso o un programa educativo. Coursera entrega un archivo PDF con la información más común de un certificado: la clase de título que se recibe, el nombre del alumno, el título del programa, logotipos de las instituciones educativas involucradas y firmas. “Tienen la firma de los profesores y en muchos casos de los rectores de las universidades que están detrás de esos certificados. La gente los puede imprimir y mostrarlos y, en muchos casos; los acopla a su perfil de LinkedIn. Somos el segundeo proveedor de LinkedIn, sólo detrás de Microsofot, porque a la gente le interesa que los empleadores sepan que han hecho”, dijo Kozak.

Papelito habla.

Este artículo se publicó originalmente en El Economista el 21 de octubre de 2015.

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