ITU Pictures, Flickr. President, Carlos Slim Foundation and Chairman, Grupo Carso speaking at the WTISD 2014 Award Ceremony.

Si se pusieran en una canasta todas las monedas y billetes que circulan en México, el magnate Carlos Slim Helú podría mirarnos de reojo y sacar su propia canasta para vilipendiarnos. Y en realidad sacaría dos, porque su fortuna es el doble que todo el papel moneda que circula en México.

Slim, a través de cientos de empresas e inversiones dentro y fuera del país, tiene el equivalente a 1.78 billones de pesos (130,000 millones de dólares), mientras que todo el dinero que ha mandado imprimir y acuñar el Banco de México suma 0.88 billones de pesos (67,235 millones de dólares). Una derrota dos a uno de la billetera más rechoncha del mundo contra todo el dinero en las calles de México, de Tijuana a Tapachula, pasando por los depósitos de todos los bancos privados en el camino. Las cifras están actualizadas al 10 de agosto de 2014.

Carlos Slim Helú es un ave fénix en permanente resurrección. Si la reforma de telecomunicaciones amenaza su imperio, prepara una contrapropuesta que lo haga ganar miles de millones de dólares sin siquiera despeinarse. Y si le quitan la concesión de la IAVE, el destino se encargará de llevar al naufragio a los nuevos operadores del sistema de telepeaje de las carreteras de México. Slim gana porque gana.

Slim suma dinero desde fuentes diversas: en Brasil, una de sus empresas tiene ocho satélites y en 2016 pondrá el noveno en órbita, para ofrecer banda ancha y video. Se prepara para la demanda de contenido de los Juegos Olímpicos de ese año, otro negocio que él mismo controlará a través de América Móvil.

En Estados Unidos, es el principal accionista individual de The New York Times y en Argentina esperó a que se resolviera el conflicto legal de la petrolera YPF con la española Repsol para luego vender la mitad de sus acciones a un valor superior a 130 por ciento.

En 2013, los dueños de los equipos de futbol de México se pusieron de acuerdo para prohibir lo que llaman “multipropiedad”, que una misma persona o grupo posea más de un equipo. Pero mientras llega la hora de vender, los dos clubes de Slim disputaron el campeonato en una final que le reportó 73 millones de pesos por asistencia a los estadios, derechos de transmisión, publicidad y bonos de patrocinadores.

La billetera de Slim hace palidecer a todo el dinero que circula en México. Aunque también lo podría hacer en muchos otros rubros y a veces conviene no averiguar. El Planeta Slim tiene largos ramales.

Este artículo originalmente fue publicado en Vice México el 12 de agosto de 2014.

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